El comedor de hachís – Vida y obra de Fitz Hugh Ludlow (y VI)
J. C. Ruiz Franco
Libro sobre
el comedor de hachís
Todas las entregas sobre Ludlow:
Ludlow aceptó un puesto como profesor de
lenguas clásicas en otra ciudad, en un intento de cambiar de aires y de
vida. Allí no habría hachís a su disposición, lo cual era también una
ventaja, pero pronto añoró la compañía de su vieja sustancia
psiconáutica. Tuvo la suerte de conocer a una persona que le ayudaría en
gran medida, el doctor William V. Rosa, que también había estudiado en
su mismo centro educativo. Con él podía ser sincero y expresar todos
sus miedos. Ya que el efecto deseado de la droga era presentarle un
mundo de fantasía, el médico le animó a que cultivara su talento
literario. Otra ayuda fue el tabaco, aunque también adquirió este hábito
y sufrió la abstinencia al abandonarlo. Bayard Taylor le recomendó que
describiera las visiones que había tenido con el hachís; así lo hizo y
reunió sus experiencias en el artículo “La apocalipsis del hachís”,
publicado en Putnam’s Magazine en el año 1856.
No consiguió librarse de su problema, así
que probó nuevos métodos. Lo intentó tomando opio y alcohol, pero se
convenció de que eso no era más que dejar una droga por otra, y además
con peores efectos secundarios: “El comedor de hachís debe resistirse,
en especial, a la tentación de refugiarse, durante su lenta liberación,
en cualquier otro estímulo como el alcohol o el opio. El mismo consejero
cuyo artículo fue el principio de mi abandono me advirtió de esto”.
Ya sólo le quedaba un último recurso:
hacer lo recomendado por Taylor, pero a gran escala. Cogió pluma y
papel, y se dispuso a narrar la historia de su relación con el extracto
de cannabis desde el comienzo. La redacción de las 365 páginas del
manuscrito le llevó sólo cuatro meses. Lo escribió prácticamente sin
modificaciones ni correcciones, casi de un tirón, pensando previamente
lo que segundos después salía de su pluma. Para hacerlo siguió el modelo
de Thomas de Quincey en Confesiones de un inglés comedor de opio:
con un estilo autobiográfico y realista. Además de la descripción de sus
estados alterados de conciencia, la obra incluye sus reflexiones
filosóficas bajo los efectos de la droga.
La editorial Harper Brothers aceptó el
libro y lo publicó en 1857: todo un logro para un joven de veintiún
años. El libro fue un éxito, con varias ediciones en poco tiempo. Fue
editado de forma anónima, si bien poco después Ludlow reveló su
identidad y fue ampliamente reconocido en los círculos literarios. Una
reseña de aquella época decía: “La literatura
americana sobre drogas dio comienzo con este libro, el relato
autobiográfico de un estudiante de veinte años que experimentó la
soledad y la paranoia de ser el único toxicómano en el escenario más
convencional que pueda encontrarse: una pequeña ciudad rural de la
Norteamérica anterior a la guerra
civil”.
Ludlow logró dejar su relación enfermiza
con el hachís gracias a su terapia literaria. Hagamos un breve resumen
de los acontecimientos posteriores de su vida. Ingresó en el círculo
literario de Nueva York, donde predominaban los bohemios y no se ponían
trabas a un autor que se había hecho famoso escribiendo sobre una droga.
Desde 1857 hasta 1861 sus escritos fueron principalmente historias que
publicaba en periódicos y revistas. Trabajó también como crítico de
teatro, arte y música para el periódico The Evening Post. En 1859
se casó con Rosalie Osborne, de dieciocho años, pero la pareja no se
llevaba bien y se divorciaron en 1861. En 1865 se casó con Maria
Milliken, una mujer más madura, viuda de un matrimonio anterior.
Sus obras más importantes, aparte de las
dos citadas sobre el hachís, son: “¿Qué deben hacer para salvarse?” y
“El hábito del opio”, sobre la adicción a esta sustancia y los métodos
para superarla. También escribió una novela, La familia Primpenny,
publicada por entregas en la revista Vanity Fair; un libro de
cuentos, El hermano pequeño y otros cuentos de género, y un libro
de viajes, El corazón del continente. También escribió un extenso
artículo sobre Física, “E Pluribus Unum”, donde resumió los intentos de
los científicos para unificar las fuerzas del universo conocidas hasta
el momento, y donde de algún modo anticipaba algunas hipótesis que medio
siglo más tarde desarrollaría Einstein en la teoría de la relatividad.
Su eterna mala salud le impidió alcanzar
la madurez. Con veintisiete años se le detectó una tuberculosis que ya
no le abandonaría y que acabó con su vida el 12 de septiembre de 1870,
cuando acababa de cumplir los treinta y cuatro. El fallecimiento se
produjo lejos de su tierra natal, en un sanatorio suizo, adonde había
acudido para curarse de su enfermedad. Con su prematura muerte, la
humanidad perdió a uno de los psiconautas pioneros, al primer literato
comedor de hachís y a quien pudo llegar a ser uno de los más importantes
escritores americanos.
Bibliografía de la 5ª y 6ª entregas:
Dulchinos, Donald P., Pioneer of Inner Space. The Life
of Fitz Hugh Ludlow, Hasheesh Eater.
Autonomedia. New York,
1998.
Gross, Dave, “A Brief Biography of Fitz Hugh Ludlow”.
En:
http://www.lycaeum.org/~sputnik/Ludlow/THE/Biography/biography.html.
Josseau Kalant, Oriana, “Ludlow on Cannabis: A Modern
Look at a Nineteenth Century Drug Experience”. Alcoholism and Drug
Addiction Research Foundation. Toronto, Canada.
Ludlow, Fitz Hugh, The hasheesh eater: Being passages
from the life of a pithagorean.
Harper & Brothers, New
York, 1857. Edición en español de Tf. Editores, Madrid, 2003.
Taylor, Bayard, “The hasheesh eater”.
Putnam’s Monthly Magazine
(September 1856): 233–39.
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