Betabloqueantes
Hay una serie de sustancias que estoy
seguro han sido, son y serán usadas por personas con tendencia
a la ansiedad, a ese encogimiento de estómago anterior a un
acontecimiento importante, a
las palpitaciones del corazón en los momentos críticos. Se trata de
los betabloqueantes.
Son productos que bloquean la acción
de un exceso de secreción de adrenalina -lo cual se suele
producir en individuos a los que se les dispara fácilmente el sistema
simpático- o la extrema sensibilidad de los organismos de ciertas
personas a su acción (probablemente por haber recibido una educación
excesivamente sobreprotectora, por lo que no se han acostumbrado a los
momentos de estrés que la vida moderna conlleva).
Su efecto consiste en
evitar una elevada excitación muscular, tanto en el sistema
cardiovascular -corazón y vasos sanguíneos- como en los músculos
esqueléticos, previniendo así también la sensación subjetiva de nerviosismo que
produce el notarse las palpitaciones, los temblores y otros
signos que incrementan la tensión de sujetos inestables. Al evitar esos
síntomas fisiológicos, la persona se percibe subjetivamente más
tranquila, con lo que aumenta su autoconfianza. Por tanto, este tipo de
drogas tiene un efecto indirecto (pero evidente) sobre la estabilidad
emocional y el rendimiento intelectual.
Sin embargo, hay que conocerse a uno
mismo muy bien y haber experimentado antes de probar este tipo de
sustancias. Una dosis superior a la que templaría los nervios del más
inestable puede producir una reducción significativa del pulso
(bradicardia),
una bajada importante de la presión arterial y debilidad
muscular, efectos secundarios que podrían producir graves problemas
de salud.
Como casi todas las drogas, en
España se pueden conseguir fácilmente en farmacias, a pesar de que teóricamente
sólo se venden con receta. El betabloqueante típico es el propanolol.
Aunque se ha intentado
la síntesis de otros similares con mayor efecto sobre los receptores
beta de músculos o de corazón sin afectar al otro órgano, no se
ha conseguido aún.
Las federaciones deportivas en principio
incluyen a estos
fármacos dentro de las sustancias restringidas, pero no deciden
explícitamente si controlarlas o no: "Los bloqueantes B-adrenérgicos
únicamente se considerarán prohibidos, a juicio de las
correspondientes federaciones españolas deportivas, cuando el consumo
de estas sustancias pueda modificar artificialmente el rendimiento
deportivo de los deportistas o los resultados de las competiciones".
Una de las federaciones que controla estos productos es la
de tiro (en todas sus modalidades) por facilitar que no tiemble el pulso.
Advertencia
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