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Eficacia y tipos de
drogas inteligentes
¿Podemos ser más inteligentes? ¿Podemos pensar más
eficazmente? ¿Puede nuestra memoria ser más rápida y retener mayor
cantidad de datos y por más tiempo? ¿Hay algo que podamos hacer para
resolver problemas de manera más veloz?
Para contestar estas preguntas, el lector
probablemente piense en ejercicios de gimnasia mental. Sin embargo, el
objeto de nuestros escritos es bien distinto porque nos ocupamos de describir las
sustancias (alimentos, vitaminas, minerales, aminoácidos, plantas,
productos de síntesis) capaces de mejorar las funciones cognitivas
de quienes las toman.
¿Puede una droga mejorar mis
capacidades intelectuales?
La pregunta que inmediatamente surgirá en el lector
es: "Pero, ¿es esto posible? ¿Realmente una sustancia química
puede hacer que mis pensamientos sean mejores?" La respuesta es
afirmativa: el cerebro es el órgano encargado de los procesos
cognitivos y, como tal, tiene una determinada estructura
físico-química susceptible de ser alterada (para bien o para mal) por
medio de determinadas sustancias que, por tener esta propiedad, son
llamadas psicoactivas.
Es grande la cantidad
de productos, plantas, alimentos, etc, que influyen de alguna forma
sobre nuestro cerebro, incluidos alcohol, tabaco y sustancias no
legales. En nuestro caso tratamos las denominadas drogas
inteligentes, traducción del término inglés smart drugs,
comúnmente utilizado para designar este tipo de productos. Es también
frecuente el uso de la palabra nootrópicos, que procede del
griego noús (mente) y trópos (movimiento), dando a
entender que se trata de sustancias cuyo objetivo es actuar sobre las
capacidades cognitivas.
¿Son de verdad eficaces
y seguras estas sustancias?
Hay que empezar avisando que esto no
es la panacea universal. Hay
muchas afirmaciones no comprobadas y propiedades que se atribuyen a
estas sustancias difíciles de demostrar. Sin embargo, es un hecho que funcionan, unas en mayor medida que otras.
Hablando sobre la
seguridad en su uso, comparadas con la mayoría de las medicinas
comúnmente recetadas, incluso las smart drugs
más fuertes carecen relativamente de efectos secundarios cuando se
toman en dosis normales, y la mayoría de las veces sus problemas no
proceden de ellas en sí,
sino de adulteraciones o usos inadecuados, como por ejemplo el famoso
caso del triptófano adulterado en 1989 que produjo bastantes
casos de eosinofilia-mialgia. Este aminoácido es inofensivo, y fue su
adulteración lo que provocó los problemas sanitarios. Casualmente, el
triptófano fue prohibido poco antes de salir al mercado el
antidepresivo más popular, el Prozac, que tiene las
mismas indicaciones terapéuticas que nuestro aminoácido natural y
muchos más efectos secundarios.
Tipos de smart drugs
Establecer una división de este tipo de sustancias
basándose en sus efectos es tarea complicada, sobre todo porque solemos
referirnos a una droga mencionando sus propiedades tranquilizantes o
estimulantes, cuando muchas de ellas se caracterizan no por
tranquilizar o estimular, sino por estabilizar el ánimo
llevándolo a su justo medio. Si el sujeto
antes de su ingesta se encuentra bajo de ánimo, la droga le llevará al
equilibrio estimulándole; si por el contrario la persona padece de
ansiedad o nerviosismo, el mismo producto le equilibrará
tranquilizándole.
Ese querer clasificar a algo como estimulante o
tranquilizante, como bueno o malo, como blanco o negro, es sólo una
muestra más del maniqueísmo de nuestra cultura cristiana, no siendo aplicable a la materia que nos
ocupa como tampoco a muchas
situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, el hipérico, una
planta con propiedades antidepresivas, difícilmente podrá catalogarse como tranquilizante o como estimulante.
Su efecto consiste en reducir la degradación de neurotransmisores en el
cerebro. Si
la persona que lo toma se sentía deprimida, entonces se sentirá con
más ánimo gracias a su uso. Si quien lo toma se encontraba ansioso, conseguirá
tranquilizarse.
Es más fácil establecer una división en lo que respecta a su
composición. Así, podemos distinguir entre nutrientes inteligentes y
drogas inteligentes propiamente dichas. Los primeros serían sustancias
naturales, es decir, podemos encontrarlos de alguna forma en la
naturaleza. Los segundos serían obtenidos exclusivamente tras algún
tipo de síntesis química, no existiendo de otra manera.
Sin embargo, a efectos
de mejor comprensión y manejo de la información, parece adecuado
enmarcar cada sustancia dentro del efecto aparente que produce. Así,
hablaremos de:
1) Sustancias
tranquilizantes o relajantes
2) Sustancias euforizantes o estimulantes
3) Potenciadores cognitivos, que mejoran las funciones
intelectuales al influir favorablemente en alguno de sus procesos
En esta ocasión nos
limitaremos a dar una breve lista de los tranquilizantes,
estableciendo varias subdivisiones:
1.a. Plantas y alimentos
Kawa kawa,
hipérico, valeriana y similares (passiflora, flor de azahar, melisa,
amapola californiana...), ginseng, avena sativa, gotu kola, lecitina,
glúcidos (tomados por la noche para favorecer el sueño)
1.b Vitaminas y minerales
Vitamina B3,
magnesio, taurina, calcio, colina, fosfatidilcolina, fosfatidilserina,
...
1.c Aminoácidos
Triptófano, GABA, ...
1.d Sustancias más potentes
Betabloqueantes, melatonina, deanol, benzodiacepinas...
Cantidad
de información inédita sobre drogas inteligentes
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