El dopaje en el
deporte
El texto que sigue es
un extracto de los artículos que estamos publicando mensualmente en la
revista
Spannabis Magazine
Drogas en el
deporte. Nandrolona, testosterona, estimulantes, EPO, hormona del
crecimiento... ¿Quién no ha oído algo sobre doping? Los que tenemos
cierta edad recordamos aquellos emocionantes Juegos Olímpicos de Seúl,
año 1988, cuando Ben Johnson vencía en la carrera de 100 metros lisos,
por delante del mítico Carl Lewis. Un par de días después, para sorpresa
de los aficionados, el control antidopaje revelaba que Big Ben había
consumido estanozolol, un anabolizante que aumenta la masa muscular, la
fuerza y la potencia. El mundo quedó conmocionado al saber que uno de
los mejores atletas de todos los tiempos tomaba drogas, que había
aumentado su masa muscular visiblemente. Por cierto, la musculatura de
Carl Lewis no estaba mal, aunque menos voluminosa que la de su rival;
los rumores y ese prognatismo en la mandíbula apuntaban a que consumía
hormona del crecimiento, indetectable por aquella época (...)
Quienes conocen
este mundillo saben que en cualquier deporte profesional con un mínimo
de requerimientos físicos y dinero en juego, casi todos los
profesionales toman sustancias para mejorar el rendimiento. Y no sólo en
actividades que requieran resistencia, sino también en aquéllas donde
sea importante la velocidad, la fuerza, la potencia (sprints, gimnasia,
halterofilia, lanzamiento...), e incluso en las de precisión y
habilidad, como por ejemplo las diversas modalidades de tiro, donde la
administración de betabloqueantes facilita que no tiemble el pulso. Lo
que nos presentan los medios es una visión parcial, y los pocos casos de
dopaje que nos dan a conocer no son más que la punta del iceberg porque,
en realidad, el consumo de drogas es una práctica habitual en todo el
deporte profesional y en gran parte del amateur
Lista
de sustancias prohibidas
El 21 de diciembre de 2006 se publicó una
resolución de la Presidencia del Consejo
Superior de Deportes con la lista de sustancias prohibidas más
reciente, la cual revisa y corrige las anteriores (http://www.boe.es/g/es/bases_datos/doc.php?coleccion=iberlex&id=2006/22698).
La “lista negra” contiene diversos grupos de
sustancias prohibidas, clasificadas según su acción.
Estimulantes
Se emplean para
aumentar la resistencia física, el estado de alerta y la concentración.
Disminuyen el cansancio, la sensibilidad al dolor y el tiempo de
reacción.
El reglamento de
control de dopaje divide los estimulantes prohibidos en dos tipos.
Dentro del primero están los que, en general, podemos considerar
"estimulantes suaves”, como por ejemplo el heptaminol y el prolintano
(presente en el Katovit®, fármaco ya retirado en España y popular hace
años entre los estudiantes).
En el segundo grupo se
incluyen las anfetaminas y sus derivados, algunas sustancias de uso
neuropsiquiátrico que incluimos entre las drogas inteligentes (dopaminérgicos
como el amineptino y la selegilina y estimulantes con propiedades
nootrópicas como el adrafinil y el modafinil), y la cocaína.
Analgésicos
narcóticos
Este grupo comprende
las sustancias analgésicas opiáceas y similares, que reducen la
sensibilidad al dolor: heroína, metadona, pentazocina, etc.
Agonistas beta-adrenérgicos
Dilatan los bronquios y
mejoran la oxigenación. El clenbuterol pertenece a este grupo, pero
suele incluirse dentro del grupo de anabolizantes por ser estimulante y
aumentar la masa muscular. El formoterol, el salbutamol, el salmeterol y
la terbutalina son permitidos, siempre que se administren por vía
inhalatoria y para tratar el asma. Por ejemplo, Miguel Induráin dio
positivo por salbutamol en el Tour de Francia 1994, uno de los que ganó.
Sin embargo, había declarado antes del control que lo utilizaba con
fines terapéuticos y fue exculpado.
Cannabis y derivados
Están prohibidos sólo
en temporada de competición. Según las autoridades deportivas, aunque no
mejoran el rendimiento se incluyen en la “lista negra” a fin de evitar
los problemas sociales y para la salud que pueden causar estas drogas.
Alcohol
El alcohol no se
encuentra en la lista general de sustancias prohibidas. Su inclusión se
deja a voluntad de cada federación deportiva si ésta considera que su
consumo puede alterar el rendimiento.
Anabolizantes
Aumentan la masa
muscular, la potencia, la agresividad y la fuerza. Permiten unos
entrenamientos más intensos y una mejor recuperación. Se clasifican en
exógenos, que no pueden producirse por el organismo (por ejemplo:
danazol, drostanolona, estanozolol, nandrolona, oximetolona) y
endógenos, segregados de forma natural, como la testosterona y la
dihidrotestosterona. Los primeros están prohibidos; la detección de los
últimos se considera dopaje si supera el nivel admitido.
Beta-bloqueantes (propranolol, acebutolol y
similares):
Una federación
deportiva puede prohibirlos si estima que pueden modificar
artificialmente el rendimiento. Por ejemplo, en los deportes de tiro, en
los que es importante la precisión, estos fármacos ayudan a controlar la
ansiedad y los temblores.
Hormonas peptídicas
Tienen efectos
anabólicos, en general; por ejemplo, la hormona del crecimiento es una
sustancia que regula importantes funciones orgánicas de construcción de
tejidos. La HCG (gonadotropina coriónica humana) y la LH (hormona
luteinizante) son gonadotropinas que estimulan la síntesis de
testosterona. La insulina tiene propiedades anabólicas por colaborar en
la acumulación de proteínas y de glucógeno. La eritropoietina (la EPO,
bien conocida por su uso en el ciclismo) aumenta el número de glóbulos
rojos, con todo lo que esto supone: mejor oxigenación y más resistencia,
con riesgo de problemas cardiovasculares. Al ser hormonas segregadas por
el organismo, hay que superar cierto nivel para dar positivo en un
control.
Anti-estrógenos
Al reducir el nivel de
estrógenos (hormonas femeninas) pueden aumentar la secreción de
andrógenos y mejorar el rendimiento. Son el ciclofenil, el tamoxifeno y
el clomifeno.
Agentes enmascarantes
Son sustancias que
impiden que el producto dopante aparezca en la orina, disimulan su
presencia o alteran los parámetros hematológicos. Un ejemplo muy
conocido es el probenecide, la sustancia hallada en la orina de Pedro
Delgado durante el Tour de Francia 1988, el que ganó. Perico consiguió
librarse de la quema porque este producto aún no estaba prohibido por la
Unión Ciclista Internacional, aunque sí por el Comité Olímpico (COI).
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